Índice
Diagnósticos de Enfermería NANDA para encefalopatía hepática
1. Riesgo de daño cerebral secundario a la disminución del flujo sanguíneo cerebral
El plan de atención para pacientes con riesgo de daño cerebral secundario a la disminución del flujo sanguíneo cerebral se basa en una valoración permanente de los signos vitales (el nivel de conciencia, presión arterial, frecuencia respiratoria, presión intraocular, etc.), al igual que la oxigenación y utilización de oxígeno, además de mantener un control de los líquidos administrados. Para diagnosticar de forma correcta se recomienda la determinación de pH Venoso, seguido del examen neurológico. El tratamiento precoz es un factor clave para mejorar el pronóstico de los pacientes con esta patología, puede incluir maniobras de descompresión venosa craneal (colocación de vena central de mediastino, paracentesis, etc.).
2. Trastorno del equilibrio electrohidro-electrolítico
Los pacientes con trastorno del equilibrio electrohidro-electrolítico presentan deshidratación, cambios metabólicos como acidosis y cambios a nivel nutricional entre otros. Es de suma importancia avisar al médico ante cualquier variación en determinados índices, así como ofrecer una nutrición adecuada para reponer los electrolitos perdidos para regular el pH corporal. La balance hídrico debe ser monitoreada constantemente, en particular diuresis, secreción exocrina y fluidos administrados. Además se debe realizar un seguimiento de los signos vitales (taquicardia, dolor abdominal, ortostatismo, etc.).
3. Incontinencia urinaria transitoria
Los pacientes con incontinencia urinaria transitoria presentan dificultades en la vejiga para mantener la retención de líquidos. El plan de cuidado se centra en la evaluación de los niveles de creatinina, urea en sangre, así como un estudio bacteriológico de orina para controlar la presencia de infecciones, el aporte de líquidos, necesidades especiales en casos de enfermedades complicadas o tratamiento farmacológico para lograr una contención adecuada en la vejiga.
4. Trastorno de la nutrición menor a las necesidades metabólicas
El trastorno de la nutrición menor a las necesidades metabólicas compromete el estado nutricional del paciente, dificultando así el cumplimiento de su mantenimiento metabólico. El plan de cuidado se basa en identificar las características que influyen en el estado nutricional del paciente a través de una evaluación nutricional (consumo de alimentos normal para la edad, volumen de líquidos, nivel de funcionalidad), así como implementar un programa de alimentación adecuado para satisfacer los requerimientos nutricionales del paciente, contando con los aportes profesionales que sean necesarios (dietista, nutricionista, etc.).
5. Deficiencia de autocuidado relacionado con alimentación
Esta deficiencia está relacionada con la falta de habilidades para adquirir alimentos y proveerse a sí mismo para satisfacer sus necesidades nutricionales. Es esencial la educación al paciente e identificar las áreas en las que la persona necesita apoyo (administración de medicación, posición adecuada de la sonda de alimentación, etc.). El plan de cuidado incluye identificar la dieta adecuada para el tratamiento hiposódico, así como establecer una rutina de alimentación para mejorar la nutrición de la persona y una coordinación eficiente con los demás tratamientos.